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Está en Salto, Uruguay.

En todos los medios de comunicación, se escriben o producen muchas más notas que las que se usan. Las que sobran, quedan en parrilla hasta que algún día no haya qué poner, y se las saque de las brasas. Pero eso tiene sus riesgos.
Nota aparecida en el suplemento de clasificados del diario Clarín del 1 de agosto de 2004
Aclaración
En la nota del día 22 de julio "Unos músicos tocan gratis en la city", se deslizó un error: se dice que el cantante Hernán Salinas integra la Orquesta de Tango de la Ciudad, pero lamentablemente el artista falleció hace unos meses atrás.
Mis sinceras condolencias para los familiares.

Extractado del domingo 1º de agosto, suplemento económico de Clarín. Quien habla es Kjell Nordtrom, el gurú sueco de moda, según dicen:
La golbalización, bien aprovechada, puede ser una ventana de oportunidad para los países emergentes. Soy muy conciente de los efectos nocivos de la globalización, no soy ingenuo, pero tembién me parece que los países menos desarrollados están frente a una excelente oportunidad para aprovecharla en su favor. Fíjese lo que pasa con los medios: los gobiernos no los pueden controlar, como sucedía hace unos años. Si un gobierno autoritario comete violaciones a los derechos humanos, el mundo se entera más rápido que antes. Soy optimista en este aspecto. No creo que con la globalización se vaya a ir todo al diablo como piensan algunos . Con gurús así vamos a ir lejos.

Caminaba por una calle de tierra para encontrarme con Ezequiel. Íbamos a ver la casa que quizás compartiríamos, o donde viviría alguno de nosotros. Todo dependía del resultado del Boca-River que se jugaría en un rato. Él había cometido un gran error al decidir que nos encontráramos en ese momento. Nunca habíamos escuchado o mirado juntos un partido que River ganara.
Me di cuenta que por error, o falta de consideración, Ana y yo habíamos pintado las habitaciones con unos colores que, quizás, Ezequiel y Judith no quisieran. Él estaba esperándome junto a la tranquera. En los escasos metros que nos separaban, me imaginé lo enorme de la casa, y lo difícil que iba a ser cerrar todas las puertas de noche. Además, me dije, en el campo debe haber muchos ruidos que desconocemos. Las primeras noches casi ni voy a dormir.
-Tetele
-Movicom, ¿cómo fue el viaje?
No se me ocurría cómo decirle lo de los colores. Aunque ya lo debía saber, porque venía de la casa.
-Perdoná por lo de los colores. La verdad es que nos olvidamos que quizás viviéramos juntos.
-¿Qué colores? Ya vamos a tener tiempo de ver cómo hacemos con todo.
Desde la tranquera hasta la puerta había cerca de quinientos metros. Cuando estábamos por la mitad, apareció Fede, con los brazos en los bolsillos y su mirada bonachona, aprobando que uno más de sus amigos llegara al rebaño. Nos abrazamos, como siempre. Entramos a la casa. Ezequiel nos llevó a recorrerla. Primero fuimos a la habitación que podría ser el estudio, donde estarían las computadoras para poder escribir y trabajar. Nunca la había visto. Me pregunté cómo podía haber paseado por esa casa tantas veces sin ver este cuarto. Estaba totalmente blanco, sin los colores que habíamos elegido con Ana, todos fuertes y llamativos. Alegres. Una cama llenaba una de las paredes.
Después nos invitó a ir al dormitorio. Otra habitación que no conocía. También de blanco, repleta de camas, dobles y simples. Nos sentamos en el medio y debatimos la posible ubicación de los muebles. Esa sería la habitación de ellos.
-Vamos a tener que sacar muchos muebles -dijo el Tete. Inmediatamente tras sus palabras, un murmullo nos alertó de un gol. Encendimos la radio. Escuchamos los ecos de un gol de Barijho. Sonreí, y desperté en la cama de mi nueva casa, en mi cuarto amarillo. A mi lado, Ana dormía plácidamente.

Estaba escuchando «In the flesh», el disco en vivo de Roger Waters y me acordé que, cuando vino a la Argentina, yo no fui a verlo. Ya no recuerdo muy bien por qué (es decir, no sé si lo que recuerdo es cierto), pero tengo la sensación, una sensación muy corporal, que fue por una gran boludez.
Hay momentos -yo por lo menos los tuve- en los que hice lo contrario a lo que quería, por pensar que si lo hacía, podía perjudicar mi relación de pareja.
No sé si haberlo hecho hubiese perjudicado mi relación de pareja, pero es seguro que me perjudicó a mi, que escucho ese disco y me lamento. Me imagino ahí -muchos de mis amigos estuvieron presentes y se que llovió, y que en algunos momentos los relámpagos crearon efectos muy emocionantes-, pero me imagino con mucha melancolía.
Por suerte tengo «The rain song» de Led Zeppelin, con la que me pasa exactamente lo contrario. Cuando la escucho me imagino en una situación inigualable: sólo, desayunando, viendo amanecer por una ventana después de una madrugada de trabajo. No hay palabras para describir el placer que sentí en ese momento. Sólo una infinita sensación de bienestar.

Sube un vendedor ambulante al colectivo, y comienza a contar los beneficios de adquirir un manual sobre medicina natural. Los contenidos del libro incluían un manual de masajes en los pies. Dichos masajes ayudarían a mejorar la circulación, evitar los dolores de cabeza y «aumentar la potencia sexual, dos mil millones de chinos lo confirman»

 

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